“Pilluchiku”, así se llama la tradición del carnaval que se vive en todas las comunidades del municipio de Mororchata. La fiesta es un derroche total de alegría, desde los niños hasta los abuelos.

Las autoridades originarias, “alcaldes comunales” y el secretario de justicia de cada comunidad son los encargados de organizar y preparar la fiesta que dura una semana completa.

La celebración comienza con la tradicional “ch’alla” y “k’oa” el domingo de carnaval, como agradecimiento a la pachamama por el acompañamiento durante la gestión como máxima autoridad de la comunidad. Las autoridades y todos los vecinos se concentran en la sede de su comunidad. La elaboración de la chicha se realiza días antes.

Lunes de Challa es el día de celebración y una expresión plena de la tradición carnavalera. Cada autoridad originaria vestido de poncho rojo, con chicote y la “ch’uspa” arrojando confites y duraznos a la multitud, entran a la plaza principal al “takipayanaku” junto a su comparsa adornadas con globos y serpentinas. En la plaza esperan otras comparsas con acordeón, charango y guitarra provocando con coplas picarescas.

El “pilluchiku” comienza: con guirnaldas de flores, de pan y de todos los productos que producen en el lugar se engalanan entre las autoridades originarias. Al son de las coplas, todos los participantes; niños, jóvenes, abuelos, todos bailan y disfrutan de la fiesta durante todo el día. La chicha y la gastronomía típica es infaltable.

Mientras el martes de “ch’alla, los alcaldes comunales esperan en su domicilio a todas las comparsas que vienen de diferentes comunidades y van de un lado a otro visitando a cada autoridad.

La autoridad espera con tres “tutumas” de chicha, coca, cigarro, un plato de comida, con mixtura y serpentina, además, como una forma de agradecimiento, la autoridad baila con todos sus visitantes y los despide también con una tutuma de chicha.
“Nosotros como autoridad, solo en carnavales atendemos a nuestra comunidad con baile, con comida, con chicha con mucha alegría. Agradezco a todos los visitantes, me siento muy contento porque ya estoy cumpliendo mi misión como autoridad”, afirma Max García, alcalde comunal de la comunidad de P’alta Loma del municipio de Morochata.

Los alcaldes comunales son las máximas autoridades que tienen la misión de mantener la paz y dar solución a cualquier problema que se presenta en la comunidad, según García.

“El carnaval aquí es alegría total, “ch’allamos” a la pachamama por la producción y por todo lo que nos ha dado. Con nuestro propio baile, comida y bebida, con nuestra propia vestimenta y música festejamos el carnaval junto a nuestras alcaldes comunales y eso es la cultura milenaria y esto no podemos perder”, aseguró Feliciano Vegamonte, ex secretario de CSUTCB y ex viceministro de interculturalidad.

La celebración continúa durante toda la semana hasta el domingo de tentación donde se realizará la sucesión de las nuevas autoridades originarias.

Morochata, segunda sección de la provincia Ayopaya, distante a 73 kilómetros de la ciudad, es el municipio considerada como la “capital de la papa” por la producción de mayor variedad de papas nativas.